7.6.16

No sé nadar, soy adulta y NO SÉ NADAR: la crónica de mi fracaso como nadadora.



Esta mañana estuve hablando con una amiga sobre esas cosas que tenemos desde pequeños abochornándonos y que nos da vergüenza confesar. Por ejemplo un amigo nuestro no sabe montar en bici, y aquí una servidora, que conduce una Harley Davidson, levanta pesas en el gimnasio y es casi Ingeniera Informática, no sabe nadar.

¿Que por qué? jajaja pensándo en esto es cuando me he venido arriba y se me ha ocurrido contarlo. La verdad es que ahora me resulta bastante cómico pero de pequeña no me hacía ni puta gracia.



Imagínate que en tu tierna edad, no se cual era pero era tierna (4 ó 5 años), eres la niña más alta de tu clase y la que mira todo el mundo por ello. Añadele el factor "todos los focos apuntan hacia mi": vives en Sevilla, rodeada de gente que es andaluza pero tu familia no lo es, y vives en un pueblo y todo el mundo te mira y dice "ahí esta fulanita, la hija de los vascos" (mis padres no son vascos, pero esta historia ya la contaré otro día). A raíz de esto cualquier cosa que pasara me hacía sentir como la rarita de turno que encima es una torpe y merece morir. Así no hay quien se motive, a mi de siempre me ha gustado ser transparente en los sitios, poder hacer mis cosas sin que nadie me mire e irme como si nada.

Yo tomando el fresco en el parque.

Suma también que el señor que te va a enseñar a nadar es un señor brutísimo de pueblo, ¡una persona que no sabe lo que es la didáctica y que no se por qué trabaja con niños! aquello parecía más un cuartel militar que un curso de natación la verdad, y una de pequeña no era muy aventurera. El maldito monitor no sólo tenía que decirlo todo gritando sino que también tenía que tocar el silbato sin parar todo el tiempo. Pues mi recuerdo de estas clases básicamente era que al llegar nos teníamos que tirar todos desde el bordillo de un salto, no quedaba otra opción, NO WAY, y si no lo hacías este señor te empujaba o te dejaba en ridículo delante del personal. Luego te pasabas un buen rato con la tabla de porexpan típica de esos años, con los brazos estirados, nadando solo con los pies. Eso se me daba bien, a mi lo que me daba terror era lo de tirarme desde el bordillo en una piscina sin saber nadar y sin hacer pie. No recuerdo mucho más, pero cuando empezamos a intentar nadar sin nada yo me ahogaba y nadie me ayudaba ni me decía lo que tenía que hacer, los niños me adelantaban y arrollaban y yo rebotaba de un sitio a otro tragándome el agua de la piscina entera. Todo muy didáctico para un pobre pollito de provincias como yo.

Esta era mi visión del mundo antes de ponerme las lentes intraoculares.

Como broche final recordemos que yo soy super miope casi desde que nací, vamos que llegaba a la piscina y le daba las gafas a mi madre y me iba al agua sin ver un pijo, que me metía en el agua y me desorientaba en cero coma dos, que no reconocía a quien tenía al lado y casi que si me desorientaba mucho no veía donde estaba el monitor (bueno sí, lo encontraba porque gritaba como un cabrón).

Este era el rollo.

En fín que yo salía del agua de color azul y a mi madre empezó a darle pena o algo. Cuando mi madre me despertaba por la mañana para ir a clase la tinieblas se apoderaban de todo mi ser, yo no quería ir a la piscina a ser la mofa de todo los niños nunca más, me daba tanto canguele que algunos días tuve hasta fiebre, así que mi madre se apiadó de mi y decidió no llevarme más. Mientras tanto mis amigos siguieron y se metieron en el equipo de natación, en natación sincronizada y en todas las mandangas de piscina que había, sin embargo yo pasé tres kilos de todo y me dediqué a jugar al tenis y a hacer aerobic.

Han pasado los años y definitivamente no soy una persona acuática ¡pero mis propósitos de este año parece que si que lo son!. Resulta que en mi gimnasio hay una piscina en la planta anterior a la sala de máquinas, y una que sube andando por las escaleras se queda mirándola siempre al pasar. Muchas veces he pensado que algún día tendré que superar esa fase y aprender a nadar, y volver al pasado y decirle al monitor "FUCK YOU". Y hoy, así como quien no quiere la cosa, me ha llegado el típico e-mail del gimnasio con las actividades de verano, entre las que, casualmente, hay un curso intensivo de natación para adultos en el més de Julio. ¡Pues allá que voy a ir! mañana mismo estoy preguntando :D

Si el año pasado conseguí empezar a hacer deporte cotidianamente, a comer más sano y a correr un poco (que no aguantaba ni un minuto y ya me hago casi 15). Este año de momento me he operado los ojos, ¡y ahora toca aprender a nadar! ¿lo próximo? terminar la carrera y empezar con el piragüismo, que ir al gimnasio está bien pero me gustaría también practicar un deporte en el que tener nuevas metas y pueda practicar con más gente.

¿Vosotros también os ponéis metas que superar cada año? yo no se vivir sin ellas.



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